La terapia familiar y de pareja es un enfoque terapéutico que busca mejorar la comunicación, resolver conflictos y fortalecer las relaciones entre los miembros de una familia o pareja. Este tipo de terapia se basa en la idea de que los problemas individuales a menudo están interconectados con las dinámicas familiares o de pareja, y que trabajar juntos puede facilitar soluciones más efectivas y duraderas.
En la terapia de pareja, el objetivo es abordar desafíos específicos como problemas de comunicación, conflictos recurrentes, infidelidad, diferencias en metas de vida o tensiones emocionales. En cambio, la terapia familiar se centra en mejorar las relaciones entre padres, hijos y otros miembros, ayudando a resolver problemas como la crianza, conflictos generacionales o el impacto de eventos estresantes como un divorcio o una pérdida.
Los terapeutas emplean técnicas como el diálogo guiado, la identificación de patrones disfuncionales y el fortalecimiento de habilidades para la resolución de problemas. La meta es no solo resolver conflictos, sino también promover el entendimiento mutuo, la empatía y la cooperación, creando un entorno más saludable y armonioso para todos los involucrados.
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